Tierra de contrastes

Una creativa casa con objetos y mobiliario de distintas eras combinados para crear marcados contrastes. Esta peculiar casa en Dinamarca, es un claro ejemplo de la creación de contrastes, no hay ni un solo detalle dejado al azar. Sus elementos, seleccionados minuciosamente, se mueven dentro de un rango de colores tales como negro, gris, marrón y blanco que se combinan con pequeños destellos de morado y amarillo.

Mediante una original combinación de sillas, una de madera de los años sesenta, varias de negro acrílico más actuales y una antigua silla de madera, más típica del arte rococó, generan un juego de contrastes entre distintas épocas que no pasa desapercibido.

 Los elementos de iluminación de este apartamento también divagan entre varias épocas y estilos. El abanico se mueve de luces más modernas a clásicas arañas de techo. Y como es lógico, estos elementos no se apartan de la paleta de colores seleccionada.

Contrastes.

 En toda la casa, predomina el color blanco de las paredes. Los contrastes son creados por el mobiliario y las decoraciones de otras tonalidades más oscuras. Pero encontramos una sala que genera una nota discordante, la cocina. Aquí se invierten los papeles y sus paredes se tiñen de negro para contraponerse a  los muebles lacados blancos.


 Sin duda alguna, se trata de un proyecto de interiorismo extraordinario. Hasta las alfombras que cubren el suelo son un remitente del juego de contrastes que se quiere conseguir.


En el dormitorio, enmarcados, encontramos unos espejos. Estos encuadran el reflejo de la sala como si se tratara de obras de arte en un museo.